27 de noviembre del 2015 – 196 restantes para el cambio de vida (Hablaremos de esto más tarde)
He dormido muy bien hoy. Tras unos días de estrés y nervios he conseguido dormir siete horas seguidas. Todo un lujo. Esto ha tenido como consecuencia que me he levantado de buen humor y con ganas de afrontar el día. Me he arreglado y me he puesto un vestido y unos zapatos que me gustan y me hacen sentir segura. He ido al trabajo pensando en todas las cosas que haría hoy con mucha ilusión.
Pero una vez en la oficina, en contacto con los compañeros la motivación inicial se ha disfumado rápidamente: mi superior quiere empezar mil proyectos nuevos antes de acabar los primeros; mis compañeros me piden cosas («uuh, vaya, te piden cosas. Anda, Xaori, no te quejes») como siempre para ayer; y si encima me insinúan que ellos harían mi trabajo de una forma mucho más eficiente ya me han destrozado el día.
Lo que más me molesta es el hecho que tal vez sea cierto que otra persona haría mejor mi trabajo. Mi problema no es otro que una terrible falta de motivación causada por mucho trabajo sin reconocimiento, problemas que por mucho que los resuelvas parecen persistir y el hecho que no me puedo identificar con la filosofía de la empresa.
¿Cuál es la problemática?
Llevo demasiado tiempo quejándome. Una parte de mí sabe que esto tiene que acabar, que tengo que afrontar la vida como una persona adulta y admitir que ningún trabajo será perfecto, que siempre habrá problemas que resolver, compañeros con los que discutir, tareas que no gustan tanto como otras y los temidos deadlines.
Pero hay otra parte de mí que no quiere aceptar esto. Esta parte cree que es posible estar enamorado de su trabajo y que cualquier tarea, incluso los más graves problemas se resuelven con ilusión porque es lo que eres.
Investigando por lo que es internet he encontrado este artículo en una página sobre cómo tomarnos la vida de una forma más consciente (está en alemán, pero Google hoy en día lo traduce todo). Aquí encontramos una lista de cinco preguntas que debemos hacernos para encontrar un trabajo que nos llene. La lista expuesta aquí sobre encontrar una trabajo que nos llena me servirá de guía para mi reto de los 200 días (lo dicho, que luego hablamos de esto). Se trata de 5 preguntas que debemos hacernos para encontrar un trabajo que nos llene. Como siempre se me ha dado muy bien saber qué no quiero, pero nunca qué quiero, igual esto me ayuda a progresar.
- ¿Qué me hace feliz, por el mero hecho de hacerlo? Sólo contemplando la actividad por sí misma, sin tener en cuenta el resultado.
- ¿Qué actividad me hace perder la noción del tiempo a menudo?
- ¿Con qué actividad tengo la sensación de aprovechar el tiempo (para mí, no para otros)?
- ¿Qué es lo que me quedaría si de repente todas mis relaciones y pertenencias desaparecieran?
- ¿Qué haría si no tuviera ninguna necesidad económica ni material hasta el final de mi vida?
Me ha parecido una reflexión muy adecuada para intentar saber qué es lo que realmente queremos. Yo por mi parte podría contestar todas las preguntas con «cocinar», «dibujar» y «leer». Así que los próximos meses tendré que buscar y descubrir una actividad que me permita hacer exactamente esto día tras día para ganarme la vida.
«¡Qué ilusa!» diréis. Y sí, no es un plan perfecto. Pero de esto se trata en el reto de los 200 días. De encontrar una salida de una situación que no nos llena y entrenarnos para ser otra persona. Pera poder progresar a nivel personal y profesional.
Tras abandonar el reto de los 250 días he creado el día 23 de noviembre el reto de los 200 días (Cada vez más impaciente, ¿eh?). Y hasta fin de año me he marcado el objetivo de encontrar una idea para el futuro, para después, en los restantes días, trabajar para conseguir esta meta.
¿Y vosotros? ¿Os habéis planteado alguna vez un cambio radical de vida? ¿Que pautas os marcasteis vosotros? ¿Cuál fue el resultado?
Gracias por comentar, cualquier idea me servirá para progresar.
Ah, y buen fin de semana 😉